19 dic 2012

ZARAGOZA REDISTRIBUYE: SIENTE A UN POBRE A SU MESA




En los años 50 el régimen franquista puso en marcha una campaña que bajo el lema ‘Siente un pobre a su mesa’, quería  promover, “en fechas tan señaladas”, un sentimiento de caridad hacia los más necesitados. Salvando las distancias, parece que la lógica de esa campaña vuelva a estar ahora  de rabiosa actualidad con  el plan ‘Zaragoza Redistribuye’  de reparto de alimentos que impulsa el Ayuntamiento de Zaragoza.

La penosa situación de las arcas públicas y el más que evidente  impacto de ello en las políticas sociales están volviendo a situar  en primer plano el asistencialismo, la caridad y la compasión como grandes  asideros en los que apoyar la frágil cohesión social.

Proyectos como este suponen la abdicación de los poderes públicos de su función compensatoria y proactiva. Ante situaciones de urgencia como las actuales, no basta únicamente con articular medidas que den cobertura a las necesidades básicas de los ciudadanos, para las que además ya existen mecanismos dentro de los servicios sociales, sino que es preciso la inversión en planes de inclusión que incidan en la formación, el empleo, la educación... y en todos aquellos factores que disminuyan  la desigualdad.

Somos totalmente partidarios de impulsar y  promover la solidaridad social organizada y las dinámicas que  buscan reforzar la capacidad de respuesta comunitaria en los  temas sociales, pero no parece que esto sea lo que se pretende con  este proyecto. No es lo mismo recibir la ayuda  circunstancial fruto de la solidaridad de unos u otros,  que tener derecho a una prestación si se entra en una situación  de carencia o de riesgo prevista normativamente. Al final, lo que  está en juego es la dignidad de las personas. Un ciudadano con  derechos no es lo mismo que un menesteroso que recibe caridad.   

OPINIONES SOBRE LOS PROGRAMAS DE REPARTO DE ALIMENTOS (II)


Extracto de las conclusiones del estudio Programas de reparto de alimentos en Gipozkoa elaborado por el SIIS de la Diputación Foral de Gipuzkoa en 2009 en el que se analizaban los programas de este tipo implantados en Europa, Canadá y EE.UU.


(...) Puede decirse en ese sentido que, de los países analizados en esta revisión, los que tienen un sistema de políticas sociales más desarrollado y maduro han enfocado el problema de la inseguridad alimentaria y de la falta de alimentos desde una perspectiva sociosanitaria, en la que se trabaja la pobreza, la promoción de hábitos saludables de vida y el refuerzo de la acción comunitaria. Por el contrario, los países con sistemas de protección social más débiles o subdesarrollados (Canadá, Estados Unidos, Argentina, los países más pobres de la UE), parecen haber optado en mayor medida por el reparto de alimentos, desde una perspectiva más bien asistencialista y dando prioridad a las respuestas de urgencia

(...)  la implicación de las entidades sin fin de lucro en este tipo de programas constituye una vía de des-responsabilización de las administraciones públicas respecto de sus obligaciones en materia de satisfacción de las necesidades básicas de toda la población.  


Las críticas a algunas de las experiencias desarrolladas en otros países de nuestro entorno por su carácter asistencialista y por el hecho de haber facilitado, consciente o inconscientemente, una cierta desresponsabilización de las Administraciones públicas llevan a pensar que, pese a sus buenas intenciones, no todas las iniciativas que se desarrollan en este ámbito tienen el mismo valor. Desde ese punto de vista, parece claro que cualquier intervención que se realice en este ámbito deba basarse en unos principios básicos determinados:

-        Un carácter normalizado, utilizando en la mayor medida los recursos comunitarios y evitando en lo posible el establecimiento de criterios de selectividad, que pueden resultar estigmatizantes.

-        Una concepción complementaria −y en ningún caso sustitutiva− de la acción pública contra la pobreza, que debe materializarse, en primera instancia, a través del establecimiento de un sistema de rentas mínimas con cuantías, coberturas y criterios de acceso adecuados.

-        Si bien en muchos casos la atención a las situaciones de urgencia sólo puede tener un carácter asistencial, las medidas que se pongan en práctica deben renunciar en la mayor medida posible al asistencialismo, y plantearse desde una perspectiva integral que tenga en cuenta los procesos de inclusión social y la necesidad de adquirir hábitos de vida y de alimentación más saludables.

OPINIONES SOBRE LOS PROGRAMAS DE REPARTO DE ALIMENTOS (I)

En estas entrada vamos a recoger algunas de las opiniones que diferentes estudios, organizaciones y profesionales tienen en relación a los programas de reparto de alimentos.


Posición de Cáritas Zaragoza (Revista La Calle de Todos, mayo 2012):

“Ante la difícil situación económica y social que estamos viviendo, nuestra experiencia nos encamina a pensar que los esfuerzos no deben ir orientados en aumentar la distribución directa de alimentos a familias, porque consideramos que este tipo de recursos están destinados a un perfil muy concreto de personas, normalmente en situación de emergencia.

Esto no supone una crítica a los programas de reparto de alimentos existentes, siempre y cuando se realicen con una metodología de acción que favorezca una atención adecuada de las personas que viven una situación de emergencia: una acogida digna, conocimiento de las necesidades reales, información de otros recursos y seguimiento del consumo de los alimentos.

El volumen mayoritario de las familias en situación de necesidad presenta otras características, a las cuales no se adecuan el reparto directo de alimentos.

Por otro lado, el reparto indiscriminado de alimentos pude conllevar otras consecuencias más negativas que las que pretende subsanar. El reparto de alimentos sin una sistematización y metodología adecuada puede generar dependencia y falta de autonomía a las familias que lo reciben. Además, en función de la situación familia, la entrega de alimentos indiscriminada no soluciona el problema si no se trabajan otras cuestiones educativas y promocionales con la familia.

Por todo ello, el esfuerzo hay que ponerlo para que el sistema y los recursos existentes tanto públicos como privados funcionen y puedan dar cobertura a todas las necesidades. En este momento consideramos que hay suficientes recursos para poder realizar una cobertura de necesidades básicas con una metodología de trabajo educativa y promocional, donde la familias sean protagonista y parte activa en la solución de sus problemas y no sea mera receptora de ayudas en especie. Por ello, es necesario fortalecer los Servicios Sociales públicos y aprovechar al máximo los recursos privados de las entidades sociales.

Por otro lado, es importante promover en la ciudadanía un mayor compromiso que favorezca el apoyo y el acompañamiento a estas familias, favoreciendo grupos de referencia en los barrios para sostener también emocionalmente, informar de los recursos disponibles y acompañar. Todo ello fomentará el sentido de pertenencia de las personas y evitará el desarraigo elemento fundamental que conduce hacia mayores cotas de exclusión. Es necesario romper ese mecanismo para evitar que las personas que hoy sólo tienen carencia materiales, no caigan mañana en la exclusión social.”

1 dic 2012

CRITICAS DE LOS PROFESIONALES A LA RED DE RECOGIDA DE ALIMENTOS DEL AYUNTAMIENTO

El pasado jueves, 29 de noviembre se presentó oficialmente la Red de Entidades Socialmente Responsables 'ZARAGOZA REDISTRIBUYE', una iniciativa con la que estamos completamente en desacuerdo, ya que supone un retroceso en los servicios sociales de nuestra ciudad y que nos remite a  tiempos pasados que pensábamos muy lejanos.  

Heraldo de Aragón, 30 de noviembre de 2012